- No celebrar la Navidad y celebrar el solsticio de invierno, como ya han propuesto. Lo que pasa es que la ignorancia es atrevida, y quizás no se han dado cuenta de que el origen de la celebración del solsticio de invierno es la adoración al dios sol. ¿ Se trata de cambiar una creencia monoteísta, por una politeísta y arcaica, o simplemente es una estupidez más?. Yo creo más bien lo segundo.
- Otra posibilidad es no celebrar la Navidad ni Reyes. El primero lo pueden sustituir por el día de la mujer trabajadora y por la noche hacen una cena paritaria con la familia. Si alguien deshace la paridad, simplemente se le deja que cene solo. El día de Reyes se puede sustituir por el día del orgullo gay. A los hijos se les pueden regalar unas lentejuelas, zapatos de plataforma, un traje de cuero, un látigo y un sombrero de plumas. Así pueden jugar a las drag y al sadomaso. Dirán algunos, que se puede celebrar Santa Claus o San Nicolás, que es muy americano y muy pagano. ¡ A ver avispados!, ¿ no os dice nada "Santa" o " San"?. Buscad en Internet sobre el origen de estos señores. ¡ Os llevareis una sorpresa!
- No descansar el domingo y el sábado. Que lo hagan cualquier otro día de la semana. El domingo es el día que descansó el Señor y el sábado es el Sabat de los judíos. No estaría bien reservar esos días para el descanso. El problema es qué día descansar, porque todos los días de la semana tienen nombre de objetos celestiales, que eran dioses para los Griegos. ¡¡ Vaya, va a ser un problema descansar un día que no tenga connotaciones religiosas!!.
- No descansar ninguna de las fiestas nacionales legales, excepto el día de la Comunidad, el día de los trabajadores y el de la Constitución. En su lugar, se pueden nombrar "santos" a algunos héroes ilustres de la izquierda: Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, La Pasionaria, Santiago Carrillo, el Che Guevara, Stalin, Lenin, Ciaucescu, etc, etc. Las fiestas más importantes, serían para los héroes con más muertos a sus espaldas.
- No tomarse vacaciones en Semana Santa. En su lugar, se puede también celebrar la muerte de cualquiera de los héroes anteriores que ya han pasado a otra vida mejor. Aprovecharemos y el resto también lo celebraremos.
- No comer ninguno de los dulces típicos de las fiestas navideñas o de Semana Santa. No vaya a ser que estén adulterados y te conviertan automáticamente en católico si los tomas.
- Debería prohibirse dar ciertos conocimientos en el colegio que tienen como padres a personajes reconocidos católicos, así como ignorar la parte de la historia y la filosofía impregnada por el catolicismo. Aunque me temo, que esto último supone eliminar de un plumazo los últimos 2.000 años de historia de occidente y más concretamente de España, así como olvidar la mayoría de ideas filosóficas o principios éticos imperantes en nuestra época.
- En vez de celebrar el día de Todos los Santos a primeros de noviembre, celebrar la fiesta anglosajona de Halloween. Aunque, quizás, antes, deberían informarse del origen y significado de esta fiesta. Para quien no lo sepa le diré que Halloween deriva de All Hallow´s eve, es decir la noche de todos los santos. ¡¡ Qué casualidad!!. La única diferencia es que su origen es celta y se celebra el despertar de los dioses. Otro cambio de una creencia monoteista por una politeista y arcaica. ¿ O simplemente estupidez?.
Alguien dijo una vez, "vive y deja vivir", y yo diría más, "celebra y deja celebrar". Podéis echar un vistazo a la página www.europalaica.com y más en concreto este comentario: "¿No es increíble?. Se suspende una fiesta... ¡y la que se monta! ¿De verdad vivimos en una sociedad madura y respetuosa? Y, ¡escuchen la opinión de los curas!, los que predican el estado laico... o eso acaba de decir su jefe en Turquía. Pues resulta, que el no querer montar un cirio y adorar a un fantasma es un síntoma de 'menosprecio e intolerancia'. Y entonces, el meter en la cárcel a los ateos, como hacían ellos hace unos años, o el llevarlos a la hoguera, como hacían algo antes, cuando podían, o como hacen los musulmanes (que son sus amigos y están hechos para entenderse, también lo acaba de decir su jefe en el viaje a Turquía) ¿de qué eran síntomas?... Pues esos, amigos, son los que se arrogan el derecho de educar a nuestros hijos...". Destila tolerancia por todos los lados. Unos ejemplos:
- "se suspende una fiesta...¡ y la que se monta!". ¿ Y por qué habría que suspenderla?. ¿ No es mejor que cada uno celebre las fiestas que le de la gana y quien no quiera que no asista?. Llegado el caso, podríamos prohibir la fiesta que el PCE da en la Casa de Campo. A mí me molesta tremendamente que este partido con la historia que tiene a cuestas, celebre fiestecitas para financiarse en un espacio público.
- "Pues resulta, que el no querer montar un cirio y adorar a un fantasma es un síntoma de 'menosprecio e intolerancia'". ¿ Todavía no os habéis enterado?. Nadie os ha invitado a la fiesta. Sencillamente dejad que los demás, como decís, "monten el cirio y adoren al fantasma". Por otra parte, daros cuenta del respeto que muestran hacia las creencias de los demás.
- "Y entonces, el meter en la cárcel a los ateos, como hacían ellos hace unos años, o el llevarlos a la hoguera, como hacían algo antes, cuando podían, o como hacen los musulmanes (que son sus amigos y están hechos para entenderse, también lo acaba de decir su jefe en el viaje a Turquía) ¿de qué eran síntomas?... ". Errores los comete todo el mundo y la Iglesia (organización formada por hombres) no iba a quedar al margen. Ahora bien, esta gente debe tener memoria selectiva porque se ha olvidado de las matanzas de curas, monjas, mujeres y niños protagonizadas por ellos hace pocos años. O por qué irnos tan atrás. Podemos quedarnos en este ejemplo de tolerancia, madurez y riqueza intelectual.
Hay pocas cosas en esta vida de las que esté completamente seguro, pero una de ellas es que la Navidad, mal que les pese a algunos, seguirá celebrándose en este país al menos otros 2.000 años.
Charles Peguy: "Este mundo moderno no es solamente un mundo de mal cristianismo, sino un mundo incristiano [...] también eran malos los tiempos bajo los romanos, pero vino Jesús, y no perdió sus años en gemir e interpelar la maldad de la época [...] Él zanjó la cuestión de manera muy sencilla, haciendo el cristianismo: no incriminó al mundo, lo salvó".
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