Incluyo aquí un texto sobre la noticia aparecida hace poco en los medios, por la cual, según los propios datos del Ministerio de Educación se demuestra que la LOGSE fue un completo fracaso (algo que ya sabíamos), y que ha provocado que por primera vez en la historia una generación de españoles sea más inculta que la precedente.
La educación, por el retrete
EDITORIAL
Que la vía natural de promoción de los pobres, la educación, haya desaparecido de España no tiene importancia ninguna para nuestra izquierda al lado de los intereses de unos pocos privilegiados e ideólogos.
Lo peor del informe elaborado por la revista Magisterio no es lo que dice, sino lo que no dice. Porque para dictaminar la pérdida en la calidad de la enseñanza utiliza únicamente datos externos, los referidos al porcentaje de jóvenes que completan la enseñanza secundaria no obligatoria, cuántos se mantienen en el curso adecuado a su edad sin repetir, las tasas de escolarización de ese bachillerato optativo y el ingreso en la universidad. Medio en broma, medio en serio, sus autores hablan de Lôgse, con acento circunflejo, pues esa es la forma de las gráficas, que mejoran justo hasta la aprobación de la infame ley socialista de ignorancia, que no de educación, punto a partir del cual bajan. Pero lo peor del informe es que es capaz de dictaminar que ésta es la peor generación española en cuanto a educación se refiere sólo en base a esos datos, sin entrar siquiera a evaluar el bajo nivel de conocimientos con los que se puede aprobar y entrar en la universidad. La realidad, por tanto, es mucho, muchísimo más atroz.
Desgraciadamente, que sus leyes sean un desastre no supone incentivo alguno para cambiarlas, como no sea a peor. A la izquierda política sólo parece importarle la opinión de la secta pedagógica y la de los sindicatos "de clase", que siempre vienen muy bien luego para hacer manifestaciones de loa al régimen. Así pues, que la vía natural de promoción de los pobres, la educación, haya desaparecido de España no tiene importancia ninguna para nuestra izquierda al lado de los intereses de unos pocos privilegiados e ideólogos.
Pero el PP, cuyas tímidas reformas jamás puestas en marcha denotan al menos algo de preocupación por el tema, tiene cierta responsabilidad en no haber hecho algo más para solucionar el desastre. Desgraciadamente, si algo puede aprenderse de los últimos años es que jamás podrá contar con el PSOE para un pacto de Estado sin que éste lo vaya a traicionar al llegar al poder, de modo que debería aprender algo de Zapatero: hay que procurar que las reformas que se hagan tengan difícil o imposible marcha atrás. El reto, pues, no consiste sólo en mejorar la educación, sino en hacerlo de tal modo que los que vengan detrás no puedan estropearla de nuevo por la vía del ordeno y mando. Y la única manera de conseguirlo es devolver a la sociedad civil, a los padres, la capacidad de decisión.
Así pues, la mejor alternativa, apoyada además por la práctica totalidad de las distintas corrientes ideológicas de la derecha social, está en la implantación del cheque escolar, con el añadido de una mayor libertad en la elección de los métodos de enseñanza por parte de centros y profesores, y de exámenes que permitan a los padres saber cuáles son los mejores. Un sistema así no sólo mejoraría la enseñanza por medio de la competencia, sino que resultaría muy difícil de desmontar sin arruinar la educación de demasiados niños, cuyos padres votan. Esperemos ver una alternativa de este tipo en el futuro programa electoral de los populares.
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