Hasta ahora Rubalcaba había sido el ojito derecho de los distintos Gobiernos socialistas. El motivo es muy sencillo, se mueve como nadie en los sótanos, en las alcantarillas, en el fango. Es capaz de estar bregando en la mierda durante meses, y salir sin una sola salpicadura en su inmaculado traje. Tan sólo, quizás, un ligero tufillo que hace percibir a los olfatos más avezados, que Rubalcaba estuvo ahí.
Pero parece que el tiempo no pasa en balde. Ni si quiera para Saruman, el mago que es capaz de sacarse un ejército de orcos para hacerle el trabajo sucio y librar la batalla contra los hombres, elfos y enanos. Parece que Saruman está fallando. Sauron se está empezando a preguntar si le sigue siendo útil y Saruman se pregunta por qué tiene que lidiar con tantos ejércitos a los que él no ha declarado la guerra. Es posible que Sauron se vea con fuerzas para manejar él solo a todo el ejército orco y decida darle un dulce retiro, antes de que Gandalf consiga derrotarle definitivamente, o incluso que sea el propio Saruman el que decida marcharse a un lugar más tranquilo, lejos de los lios en que le mete Sauron. O puede incluso que rescate a Gollum, ocupado en despistar a la "compañía" para que no consigan llegar, en el 2.008, a las puertas de su fortaleza y destruirle para siempre.
Los "despistes" de Rubalcaba preocupan a socialistas de postín
"¿Qué le ocurre al ministro del Interior?" es pregunta habitual en mentideros de la capital estos días. "¿Ha presentado su dimisión?", se escucha en restaurantes de muchos y pocos tenedores.
29 de enero de 2007. En muchos ambientes socialistas se palpa la preocupación por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esos socialistas no entienden la deriva de Rubalcaba. Con perplejidad asisten al cambio gestual y fáctico de un superviviente nato del denostado felipismo, en quien viene aflorando una falta de reflejos con detalles antes inimaginables que, de un tiempo a esta parte, se han convertido en habituales.
Entre su propio equipo se advierte a Garganta Profunda de que se les están acumulando los problemas en Interior: "post-proceso", diálogo parlamentario, inseguridad ciudadana, manifestaciones de guardias civiles, 11-M, islamismo… Aten todas esas moscas por el rabo. "No hay hombre que aguante que todos y cada uno de los asuntos pasen por un único teléfono móvil, el del ministro", señalan los consultados.
Y el asunto, claro, viene dando lugar a no pocos comentarios de salón -que cualquiera sabe que en Madrid las cosas interesantes no salen en los papeles sino que afloran a mesa puesta en restaurantes de muchos o pocos tenedores-. La edad pasa factura y todo apunta a que la gestión de Rubalcaba hace aguas. Y para colmo, se va quedando sin su "talento relacional" para funciones ligadas a la comunicación. Su fama de no decir una verdad ni harto de vino está cuajando.
"Alfredo Pérez Rubalcaba siempre ha sido un hombre habilidoso donde los haya, educado y capaz. Pero las cosas están cambiando", dicen las fuentes. Cambiando, y no a mejor. "Está viviendo momentos difíciles", añaden. Un ingrediente, en todo caso, que puebla Madrid de rumores, rumores torcidos que hablan incluso de un eventual portazo del ministro del Interior al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
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1 comentario:
A RuGALcabra puede que se le haya apagado la llama del casco y se haya quedado dando vueltas en las oscuras alcantarillas.
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