viernes, 29 de diciembre de 2006

Sería mucho más fácil para mí ser progre.

Copio aquí un artículo de un tal Antaltu. Desde luego, me parece acertadísimo

Sería mucho más fácil para mí llevar una camiseta del Ché, y clamar contra el imperio yankee, aún sabiendo que el primero es un asesino y el segundo es el responsable de que todavía exista la democracia en occidente. Estaría mejor visto.

Sería mucho más fácil para mí pertenecer a un sindicato y, en las manifestaciones, ser de los que agreden, y no de los agredidos, de los que destrozan propiedades y no de los propietarios de las mismas. Nadie me lo echaría en cara.

Sería mucho más fácil para mí defender en tertulias y reuniones a los okupas, mientras, hipócritamente, cada mañana, cierro con llave la puerta de mi casa, para que no entre nadie. Mostraría de esta manera una bonita imagen solidaria.

Sería mucho más fácil para mí insultar en bares y terrazas, parques y jardines, al Papa, a Bush y a Aznar, Nadie se atrevería a replicarme por temor a ser llamado facha.

Sería mucho más fácil para mí llenarme la boca con palabras contra la pobreza en el mundo, contra el hambre y la miseria, mientras, cínicamente, protesto contra la globalización, queriendo impedir que el tercer mundo palie su hambruna vendiendo libremente sus productos en los países ricos. Quedaría yo, sin duda, muy bien en el discurso.

Sería mucho más fácil para mí acatar sumisamente y escolarizar, llegado el caso, a mis hijos en el idioma que el régimen impone, sea o no el mío, el que heredé de mis mayores. Me evitaría muchos problemas.

Sería mucho más fácil para mí dedicarme en las reuniones de amigos y conocidos a ridiculizar al PP, a la derecha, a la Iglesia, a la cultura occidental y, sobre todo, a España. Seguro que tendría éxito y más de uno aplaudiría, y nadie, o casi nadie, por miedo a ser, también, objeto de burlas, se opondría a mis palabras.

Sería mucho más fácil para mi ser dócil, estar en la onda, seguir la corriente, acatar, obedecer sin pensar, seguir las consignas, llevar pins del arco iris, ver y comentar las películas de Almodóvar, ver los informativos de TVE, leer El País, defender las cuotas, alborotarme cuidadosamente el pelo para pasar por radikal, no preguntarme el porqué, repetir sin descanso lo que escuche en la SER, admirar a Fidel Castro, gritar mucho, participar en piquetes cuando me lo digan, asediar las sedes de los partidos de la derecha cuando me lo indiquen, olvidarme de ser libre para ser un camarada, justificar el gulag, odiar a Israel, ser feminista menos con las atrocidades que con las mujeres comete el mundo musulman… en definitiva ser políticamente correcto. No me cabe duda, que, así, ligaría mucho más.

Si, sería mucho más fácil para mí ser progre.

Pero nunca me ha gustado lo fácil. Y en el año que comienza seguiré luchando por ser libre, por mis ideales, por mis valores, porque cada individuo pueda decidir su futuro, porque ningún partido, ni gobierno, ni administración, ni lobby, ni sindicato, ni nadie me diga como he de vivir mi vida. Seguiré sin sacrificar mi corazón ni mi alma en el altar de lo políticamente correcto para evitarme ataques o problemas. Seguiré pensando por mi mismo y expresándolo, con una meta, una única meta: La libertad. Para mi, y para los demás. Sin imponer mi forma de ver la vida a nadie, pero sin permitir que nadie me obligue a vivir de acuerdo con la suya.

Aunque no sea nada fácil en este mundo donde lo progre es ley, y la libertad individual es sospechosa, en el año que comienza, seguiré siendo liberal.

Libertad y paz para el año nuevo.


Su blog en http://libertadhispanica.blogcindario.com/

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