El Gobierno admite por escrito que no cumple buena parte de su programa

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Madrid-El Gobierno se ha visto obligado a reconocer por escrito, según consta en el registro del Congreso de los Diputados, que no ha podido cumplir buena parte del programa electoral con el que José Luis Rodríguez Zapatero pidió su confianza a los españoles en las generales de 2004. Unos compromisos redactados bajo la expectativa, y así lo ratificaban todas las encuestas, de que el PP iba a seguir en el Palacio de la Moncloa. Los circunloquios y rodeos -como el de que el Gobierno «mantiene su compromiso» o «se sigue trabajando en ello»- son las sombras que disfrazan una realidad en la que los socialistas llegan a la recta final de la legislatura con bastantes agujeros negros en su programa, y algunos de ellos afectan a lo que fueron propuestas estrella como la de extender la paga de 100 euros a las madres no trabajadoras. Fiscalización del PP En su respuesta, a instancias de una de las preguntas registradas por el Grupo Popular dentro de un paquete de casi un centenar, el Ejecutivo argumenta que en su nuevo proyecto de ley del IRPF se mantiene en los mismos términos la deducción por maternidad en la que las beneficiarias son las mujeres con hijos menores de tres años que trabajan fuera del hogar, medida que, aunque no se recuerda, fue impulsada por el Gobierno del PP. Subraya, asimismo, que el objeto de esta propuesta era fomentar la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y promover la conciliación de la vida familiar y laboral: y ésta es, precisamente, la justificación en la que se ampara para desdecirse de la grandilocuente promesa que Zapatero ratificó en su discurso de investidura. «Ampliar la deducción por maternidad a la generalidad de las mujeres con hijos que no estén incorporados a la educación infantil gratuita no encaja con los objetivos concretos que, en la conciliación de la vida laboral con la familiar y la maternidad, se persiguen con esta medida», afirma ahora el Gobierno. En el mismo limbo se ha quedado otra iniciativa golosa del programa socialista, el plan de choque de guarderías con 400.000 nuevas plazas. Para eludir dar la cara se divaga sobre qué es un centro de educación infantil, para qué sirve y cómo se crea, además de resaltarse que el Ministerio de Trabajo contribuye a su implantación con créditos y a través de contratos con las comunidades, pero no se especifica a cuánto ascienden esos créditos ni cuántas plazas de guardería se han creado. Desmemoria o sin respuesta En algunos casos el Gobierno opta por decir que no tiene constancia de compromisos adquiridos, según le recuerdan los populares, en el discurso de investidura y en el programa, como el de no aplicar el límite de edad para militares temporales o la promesa de crear un Ministerio de la Juventud -este último fue incluso anunciado por Zapatero en unas jornadas de la FSM, el 17 de febrero de 2002. Abundando en el circunloquio, la pregunta del diputado Ramón Moreno sobre la prometida creación en el Congreso de una Comisión de Juventud se despacha con la contestación de que la competencia de crear comisiones es de las Cámaras, pasando por alto que en esta legislatura el PSOE nunca ha promovido ese foro en el ámbito parlamentario, como tampoco ha aumentado las becas a los jóvenes artistas ni ha ejecutado la gratuidad de los libros de texto. Con el eslogan de que el Gobierno «mantiene su compromiso» se pasa página a la promesa de elección parlamentaria del presidente del CIS o de la Agencia Efe, a la de un ordenador por cada dos alumnos a partir de primero de la ESO y a la del idioma extranjero a partir de los tres años. Sobre el «preso por celda», la réplica es que «se sigue trabajando en ello»; y ante las preguntas por el compromiso de Zapatero de fiscales «imparciales objetivamente elegidos» y de un fiscal general «del Estado y no del Gobierno», el Ejecutivo se limita a apelar al proyecto de nuevo Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, obviando que ya ha nombrado sin consenso a Conde-Pumpido. El líder socialista también dio su palabra de reducir el IVA de los productos culturales, lo que en su día hizo que se le recordara que esa iniciativa era de muy difícil aplicación ya que la normativa del IVA es competencia de la Unión Europea. De esto parece que se ha dado cuenta ahora el Gobierno y por ello admite que la Unión no ha considerado oportuno introducir una referencia genérica a los productos culturales en el catálogo de servicios a los que sí se puede aplicar tipos reducidos de IVA.